miércoles, 9 de julio de 2014

UNA VIDA CERCANA

Antología de poesía checa contemporánea
Edición de Radim Kopáč
Traducción de Patricia Gonzalo de Jesús
Prólogo de Monika Zgustová
Pre-Textos. Valencia, 2013
379 páginas. 25 euros


La poesía checa no ha logrado en nuestro país (salvo excepciones como las de Jaroslav Seifert, Vladimír Holan, Jirí Orten, Jaroslav Durych o Miroslav Holub, entre otros) el mismo reconocimiento que su narrativa (Milan Kundera, Ivan Klíma, Arnošt Lustig o Bohumil Hrabal, por poner sólo algunos ejemplos), siendo prácticamente desconocida para el lector español. Esta es la primera vez que aparece una antología de poesía checa contemporánea en castellano, con una selección en la que se incluye la obra de diez poetas, ocho hombres y dos mujeres, con diez poemas cada uno: Karel Šiktanc (1928); Zbyněk Hejda (1930); Jiří Gold (1936); Petr Král (1941); Ivan Wernisch (1942); Ivan M. Jirous (1944-2011); Jiří H. Krchovský (1960); Petr Borkovec (1970); Kateřina Rudčenková (1976) y Marie Štastná (1981). Si el arco temporal de estos autores ocupa desde la segunda mitad del siglo XX hasta los inicios del nuevo siglo XXI, llama un tanto la atención el calificativo de contemporánea: aquí conviven momentos y tramos generacionales diversos, desde los poetas exiliados y prohibidos por el régimen totalitario anterior a la Revolución de Terciopelo (1989), hasta la generación más joven, en una amalgama de espacios y tiempos diferentes. Esto alcanza explicación en la propia historia: junto con el crecimiento de una nueva y posmoderna literatura en los años noventa, que dio lugar a nuevos textos poéticos, hubo una apertura democrática que permitió la publicación de todos esos libros y obras prohibidas hasta entonces, o sólo editadas clandestinamente, por lo que muchos poetas, casi inéditos e invisibles, publicaron y fueron descubiertos por primera vez por los lectores en esos mismos años en los que iniciaban su escritura los poetas más jóvenes. Este es el caso, por ejemplo, de Zbyněk Hejda (1930), que con la publicación de sus poesías completas en 1996 alcanzó la aclamación popular, convirtiéndose en unos de los poetas más leídos, gracias a su intensamente personal y confesional mezcla de acontecimientos vividos, imaginados y soñados, muestra de un territorio efímero, en el límite entre lo exterior y lo interior, “en (el) que nos agostamos como el follaje del alma”. Si los textos seleccionados, además, pertenecen a trabajos, con excepciones, escritos y editados en el siglo XXI, demuestran esa convivencia que hace adecuada la denominación de contemporánea.

Karel Šiktanc (1928), el mayor poeta vivo de la República Checa, canta los misterios de la vida cotidiana, gracias a una poesía tranquila, secreta y meditativa, atractiva visual y musicalmente, “una cenefa de niebla en el bosque como una procaz entrepierna”. Jiří Gold (1936), existencial y alegórico, busca la transcendencia de la metáfora con un lenguaje lacónico y conciso, trazando eso que llama “un canto vidente”. Petr Král (1941) es un transeúnte de los súbitos vértigos de lo cotidiano, de los gestos menudos del mundo, pedazos fugitivos cuyos reflejos ensanchan una existencia que “vive (en) / el tenue temblor del instante”. En Ivan Wernisch (1942) destaca su variedad formal, el sentido unas veces burlesco y otras concentrado de sus versos, como “cuando la liebre atraviesa a la carrera un campo labrado”. Ivan M. Jirous (1944-2011) fue un provocador, líder de la banda de rock The Plastic People of the Univers. Su poesía, de sintaxis alterada y concisa, da vida a una estética de lo vulgar mezclada con cierto sentimentalismo, como queriendo “olvidar todo” para así “no olvidar nada”. Jiří H. Krchovský (1960) es un audaz músico y poeta underground, entre la desesperanza y la ironía, la imaginación y la melancolía, el humor negro y el absurdo, en unos textos resonantes e intertextuales, y uno de los más originales poetas checos. Petr Borkovec (1970) es un poeta prolífico y original, con un particular timbre emocional. Traducido a varios idiomas, se ha convertido en el poeta checo más conocido en el extranjero: sutil y refinado en lo formal, maduro y exigente en sus contenidos, con una plasticidad patente en su lenguaje, en sus modos de percepción y en la precisión de sus descripciones. Sus poemas habitan interiores cerrados o describen en detalle y con movimiento lento los cambios de la naturaleza: “Contemplaba, nombrando todo del mismo modo, / escuchaba. El zorzal cantaba, / creía en todo. Parecía. Eso aparentaba”. Kateřina Rudčenková (1976), intensamente pasional, es una de las más aclamadas poetas jóvenes checas, capaz de hablar con manifiesta carnalidad y un tono muy beckettiano, de las pasiones y los deseos, de las frustraciones y decepciones inherentes a todas las relaciones humanas, en especial entre hombres y mujeres. La suya es la mirada oblicua de una mujer ansiosa y temerosa ante la vejez y la degradación de un cuerpo lejano ya del placer: “me reconocerás / por mis pasos y por la forma de mi sombra”. Marie Štastná (1981) tiene una mirada caleidoscópica, fugaz y frágil, que le permite ver lo que no habíamos visto antes, pues sus versículos capturan el espacio interior y el espacio exterior de lugares determinados y señalados, a quienes habitan en esa “tierra de nadie / entre umbral y umbral”, con ese verso que tanto recuerda a Paul Celan.

Un lector avisado echará de menos ciertos nombres (Viola Fischerová, Václav Hrabě, Pavel Kolmačka o Petr Halmay), pero esta antología es una muy buena muestra de la poesía checa actual. Una breve reseña no hace justicia a las diversas voces aquí reunidas, ni al esfuerzo, independencia y originalidad de su traductora, pero valdrá la pena descubrir a unos poetas merecedores de una publicación y traducción más amplia, ejemplo de una vida cercana y de una poesía rica y viva que, declaradamente, vienen a compensarnos de los años de aislamiento.

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