Antología
de poesía checa contemporánea
Edición de Radim Kopáč
Traducción de Patricia Gonzalo de Jesús
Prólogo de Monika Zgustová
Pre-Textos. Valencia, 2013
379 páginas. 25 euros
La poesía checa no ha logrado en nuestro país (salvo excepciones
como las de Jaroslav Seifert, Vladimír Holan,
Jirí Orten, Jaroslav Durych o Miroslav Holub, entre otros) el mismo
reconocimiento que su narrativa (Milan Kundera, Ivan Klíma, Arnošt Lustig o Bohumil
Hrabal, por poner sólo algunos ejemplos), siendo prácticamente desconocida para
el lector español. Esta es la primera vez que aparece una antología de poesía
checa contemporánea en castellano, con una selección en la que se incluye la
obra de diez poetas, ocho hombres y dos mujeres, con diez poemas cada uno: Karel
Šiktanc (1928); Zbyněk Hejda (1930); Jiří
Gold (1936); Petr Král (1941); Ivan Wernisch (1942); Ivan M. Jirous
(1944-2011); Jiří
H. Krchovský (1960); Petr Borkovec (1970); Kateřina
Rudčenková (1976) y Marie Štastná (1981). Si el arco temporal de
estos autores ocupa desde la segunda mitad del siglo XX hasta los inicios del
nuevo siglo XXI, llama un tanto la atención el calificativo de contemporánea: aquí
conviven momentos y tramos generacionales diversos, desde los poetas exiliados y prohibidos por el
régimen totalitario anterior a la Revolución de Terciopelo (1989), hasta la
generación más joven, en una amalgama de espacios y tiempos diferentes. Esto alcanza
explicación en la propia historia: junto con el crecimiento de una nueva y
posmoderna literatura en los años noventa, que dio lugar a nuevos textos
poéticos, hubo una apertura democrática que permitió la publicación de todos
esos libros y obras prohibidas hasta entonces, o sólo editadas
clandestinamente, por lo que muchos poetas, casi inéditos e invisibles,
publicaron y fueron descubiertos por primera vez por los lectores en esos
mismos años en los que iniciaban su escritura los poetas más jóvenes. Este es
el caso, por ejemplo, de Zbyněk Hejda (1930),
que con la publicación de sus poesías completas en 1996 alcanzó la aclamación
popular, convirtiéndose en unos de los poetas más leídos, gracias a su
intensamente personal y confesional mezcla de acontecimientos vividos,
imaginados y soñados, muestra de un territorio efímero, en el límite entre lo
exterior y lo interior, “en (el) que nos agostamos como el follaje del alma”. Si
los textos seleccionados, además, pertenecen a trabajos, con excepciones, escritos
y editados en el siglo XXI, demuestran esa convivencia que hace adecuada la
denominación de contemporánea.
Karel Šiktanc (1928), el
mayor poeta vivo de la República Checa, canta los
misterios de la vida cotidiana, gracias a una poesía tranquila, secreta y meditativa,
atractiva visual y musicalmente, “una cenefa de niebla en el bosque como una
procaz entrepierna”. Jiří Gold (1936), existencial y alegórico, busca la
transcendencia de la metáfora con un lenguaje lacónico y conciso, trazando eso
que llama “un canto vidente”. Petr Král (1941) es un transeúnte de los súbitos
vértigos de lo cotidiano, de los gestos menudos del mundo, pedazos fugitivos cuyos
reflejos ensanchan una existencia que “vive (en) / el tenue temblor del
instante”. En Ivan Wernisch (1942) destaca su variedad formal, el sentido unas
veces burlesco y otras concentrado de sus versos, como “cuando la liebre
atraviesa a la carrera un campo labrado”. Ivan M. Jirous (1944-2011) fue un provocador,
líder de la banda de rock The Plastic People of the Univers. Su poesía, de sintaxis alterada y concisa, da vida a una
estética de lo vulgar mezclada con cierto sentimentalismo, como queriendo
“olvidar todo” para así “no olvidar nada”. Jiří H. Krchovský (1960) es
un audaz músico y poeta underground, entre la desesperanza y la ironía, la
imaginación y la melancolía, el humor negro y el absurdo, en unos textos
resonantes e intertextuales, y uno de los más originales poetas checos. Petr
Borkovec (1970) es un poeta prolífico y original, con un particular timbre
emocional. Traducido a varios idiomas, se ha convertido en el poeta checo más
conocido en el extranjero: sutil y refinado en lo formal, maduro y exigente en
sus contenidos, con una plasticidad patente en su lenguaje, en sus modos de
percepción y en la precisión de sus descripciones. Sus poemas habitan
interiores cerrados o describen en detalle y con movimiento lento los cambios
de la naturaleza: “Contemplaba, nombrando todo del mismo modo, / escuchaba. El
zorzal cantaba, / creía en todo. Parecía. Eso aparentaba”. Kateřina Rudčenková
(1976), intensamente pasional, es una de las más aclamadas poetas jóvenes
checas, capaz de hablar con manifiesta carnalidad y un tono muy beckettiano, de
las pasiones y los deseos, de las frustraciones y decepciones inherentes a
todas las relaciones humanas, en especial entre hombres y mujeres. La suya es
la mirada oblicua de una mujer ansiosa y temerosa ante la vejez y la degradación
de un cuerpo lejano ya del placer: “me reconocerás / por mis pasos y por la
forma de mi sombra”. Marie Štastná (1981) tiene una mirada caleidoscópica, fugaz y
frágil, que le permite ver lo que no habíamos visto antes, pues sus versículos
capturan el espacio interior y el espacio exterior de lugares determinados y
señalados, a quienes habitan en esa “tierra de nadie / entre umbral y umbral”, con
ese verso que tanto recuerda a Paul Celan.
Un lector avisado echará de menos ciertos nombres (Viola
Fischerová, Václav Hrabě, Pavel Kolmačka o Petr Halmay), pero esta antología es
una muy buena muestra de la poesía checa actual. Una breve reseña no hace
justicia a las diversas voces aquí reunidas, ni al esfuerzo, independencia y originalidad
de su traductora, pero valdrá la pena descubrir a unos poetas merecedores de
una publicación y traducción más amplia, ejemplo de una vida cercana y de una
poesía rica y viva que, declaradamente, vienen a compensarnos de los años de
aislamiento.
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