El fin del mundo en las
televisiones
Diego Doncel
Visor. Madrid, 2015
108 páginas. 10 euros
Territorios bajo vigilancia
(Poesía reunida)
Diego Doncel
Visor. Madrid, 2015
240 páginas. 12 euros
La lectura de su poesía, reunida en Territorios bajo vigilancia, desde El único umbral (1991) hasta Porno
ficción (2011), deja patente que tras la publicación de En
ningún paraíso (2005), Diego Doncel (Malpartida, Cáceres, 1964) refunda su
original y personal escritura al asumir el presente como su escenario material.
En su nuevo e imprescindible libro, El
fin del mundo en las televisiones (XXVIII Premio Tiflos de Poesía), va más
allá en la denuncia del dolor de vidas en conflicto, de esa imagen simulada de
lo real que emborrona toda representación verosímil y en su alegato moral
contra la mezquina insignificancia: “El mundo es solo un punto de fuga, los
pensamientos son lugares de nadie”. Fruto de un realismo capitalista,
donde el simulacro de los medios de comunicación, la arquitectura del
espectáculo y la infección mercantil ofrecen una realidad virtual, somos
incapaces de ver el mundo, y solo vemos su imagen, “una verdad al margen de la
verdad”.
Doncel lleva a cabo, (re)apropiándose de
sus recursos y modos de representación, la liquidación del encantamiento de una
posmodernidad ensimismada. Destaca así la polifonía imaginativa de sus nueve
secciones (del Canal 1 al Canal 9), más una nota final que reclama “encontrar
una forma de hacer de esta época un lugar habitable”. Es el resultado de la
acumulación de pantallas (“slides”) y cuadros (“frames”), de los fotogramas
secuenciales de una película de la conciencia que se articulan, como eslabones
de mercurio o una sucesión de fundidos encadenados, en este diario poético y
escenográfico de las sociedades polares. Es el largo “travelling” de un sujeto
que, narrador y protagonista, es a la vez objeto de lo enunciado. Un “video
jockey” que sabe y “dice que samplear imágenes es un juego de espejos”, una voz
entre voces que, en ese “sampleado” de lo real, desvela la estructura profunda
del presente.
Quien aquí habla, es el equivalente
literario de un “avatar” nada virtual que, entendido en su sentido hinduista
como proyección del individuo en un sistema social, es capaz de descender al
mundo de los mortales: “no somos un lugar sino la incertidumbre de un lugar”. Gracias
a la amplitud ganada por el versículo, se logra un equilibrio entre la
narrativa de videojuego o de escenario televisivo, y su habilidad para insertar
una trama amorosa. Quizás, solo la íntima y rebelde distopía del amor, nos hace
ver “quiénes somos” y “qué son las cosas”, y que “la utopía es tan frágil como
la felicidad”. Y al fin, volver al verdadero tiempo de las cosas cotidianas y a
la humanidad de “nuestro propio saber”.
"El fin del mundo en las televisiones" y "Territorios bajo vigilancia. (Poesía Reunida)" de Diego Doncel, reseña publicada en Babelia - El País, el sábado 19 de septiembre.